miércoles, 14 de junio de 2017

Nick Barber sobre los efectos de internet sobre la enseñanza y la investigación en Derecho

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Madrid, San Francisco el Grande

En un excelente post en un excelente blog (Gracias Manolo), Nick Barber expresa sus ideas sobre los efectos de internet sobre la enseñanza y la investigación académica en el ámbito del Derecho. Todo lo que dice se puede compartir sin dificultad. Sus observaciones sobre las clases magistrales y su ocaso evidente son correctas aunque, dada las tendencias neoténicas de los humanos, seguiremos necesitándolas durante un tiempo al margen de que la inercia administrativa y burocrática de las universidades europeas prolongará su vida más allá de cualquier necesidad racional.

Quizá no esté de acuerdo con la necesidad de las publicaciones jurídicas financiadas con suscripciones. No creo que sea ni necesario ni conveniente. Se publica demasiado sobre Derecho en papel, las revistas – incluidas las que tienen peer review – no hacen un papel comparable al de sus homólogas en Ciencias; su contenido no se diferencia demasiado cuando los que escriben en ella son investigadores y cuando son profesionales y siguen recopilando información que está ya disponible a través de otras fuentes.


Su análisis de los blogs tiene más interés. Viene a decir que los blogs se convertirán en una “sección” de las revistas jurídicas, sección en la que se “anunciarán” los trabajos que se publican en ellas. Por ejemplo, en lo que respecta a mi sector de conocimiento, el Blog de Columbia se alimenta casi en exclusiva de artículos publicados aliunde que se resumen en sus posts. El de Harvard tiene más “contenido original” pero también publica post-resúmenes de artículos publicados en repositorios como SSRN o en revistas especializadas. El de Oxford hace algo parecido, pero doy fe de que lo que dice Barber es cierto: los blogs de mayor calidad, como el de Oxford, realizan una labor de edición y revisión de las entradas que publican. Ese es el camino correcto.

Sin embargo, a diferencia de Europa continental, en los Estados Unidos todos esos trabajos que se presentan en el blog están, normalmente, disponibles en libre acceso. Esta situación en Europa debería avergonzarnos, especialmente, a los alemanes. Apenas hay blogs que alberguen contenido comparable – hablo siempre de mi sector – al de las revistas especializadas y los universitarios alemanes no publican mas que una parte insignificante de sus trabajos en libre acceso. Creo, con Barber, que

publicar en blogs de alta calidad ayudará a los académicos a avanzar en sus carreras. Emergerá un círculo virtuoso: los académicos enviarán entradas de blog de mayor calidad a los blogs que tengan más reputación lo que, a su vez, reforzará la reputación de estos blogs”.

Y, no olvidemos que las economías de escala en la reputación son enormes y que internet permite que un solo oferente atienda a toda la demanda existente, al menos, en un idioma y en relación con un sector nacional o internacional del Derecho.

A mi juicio, sin embargo, puede que los blogs anticipen el contenido de futuros artículos en revistas académicas al modo que, sobre todo en el ámbito norteamericano, los libros son, mayormente, una recopilación y reescritura del conjunto de artículos publicados por el autor en los años precedentes. El caso del libro de Basu es un buen ejemplo. Aquí es donde creo que los blogs con “contenido original” y no solo con resúmenes o presentaciones de trabajos publicados aliunde tienen un hueco de mercado. Si ese contenido original se combina con contenido dirigido a estudiantes de Derecho y a no juristas interesados en los problemas del Derecho, la relevancia social de estos blogs puede ser enorme.

Dice también que cree que

“los días de los blogs personales como una empresa académica seria están contados. Aunque hay algunos blogs personales muy buenos (como el de Mark Elliot) es difícil que un blog personal pueda mantener la calidad de uno con un consejo de redacción detrás en el largo plazo”.

Y estoy de acuerdo. Pero no creo que desaparezcan. Se transformarán en archivos públicos más personales. Un blog personal puede publicar información muy específica – que no estará disponible, normalmente, en internet y se puede utilizar como herramienta auxiliar del trabajo de profesor y de “intelectual público” si no suena demasiado pretencioso, es decir, para extender la discusión sobre los temas jurídicos más allá de la Universidad. Sí que tiene razón en que el contenido de estos blogs personales se hará más heterogéneo y sus autores reservarán sus entradas más “sesudas” y “profesionales” para los blogs colectivos y editados. Lo que ha pasado con Marginal Revolution también es un ejemplo. Tyler Cowen se ha convertido en columnista de Bloomberg, publica sus “conversaciones” en Medium y sigue utilizando el blog para descubrirnos nuevos platos de cocina, restaurantes o contarnos lo que ha leído últimamente además de muchas otras cosas.

Su aprecio por twitter y facebook es mucho menor. No voy a hablar de facebook porque no sé ni cómo funciona. Pero respecto de twitter, hay que darle la razón una vez más en que es muy fácil decir una barbaridad en twitter – le pasa a gente, por lo demás, muy sensata y formada – y que tiene un formato que se adapta mal a las discusiones académicas. Pero creo que twitter no es un medio de publicación. Es un medio de difusión de publicaciones y un medio para conversar informalmente. Por tanto, que no pueda proporcionar lo que pueden proporcionar los blogs a la discusión académica no es un defecto sino un rasgo de twitter. Pero ni siquiera los blogs pueden superar a twitter en un extremo muy concreto de la labor de los académicos: estar mínimamente al tanto de lo que ocurre, no en la propia disciplina, sino en disciplinas aledañas. Basta seguir a los números uno de esas disciplinas para tener acceso, por ejemplo, a los últimos papers publicados en ella. (Por cierto, Barber parece creer que no se pueden borrar los tweets incluso definitivamente).

Lo que dice sobre los vlogs es menos interesante para los que hayan seguido la discusión sobre los MOOC. En el futuro, los materiales de estudio se profesionalizarán y se harán audiovisuales, como ocurrió con los libros de texto. La diferencia es que, en el caso de los libros de texto, el profesor sólo necesitaba del auxilio de una imprenta para llevar su “libro” a sus alumnos. Y hoy, los profesores necesitan expertos en comunicación audiovisual (prácticamente todos los oficios presentes en la televisión o el cine) para hacer llegar esos contenidos a los alumnos.

N. Barber, The Legal Academic In the Internet Age’, U.K. Const. L. Blog (14th Jun 2017)

1 comentario:

Francis Mtnez. Segovia dijo...

De acuerdo sobre la función llamada a cumplir por parte de los blogs en la investigación jurídica que hace Barber y, más aún, de acuerdo o atendibles nos resultan las consideraciones críticas y completarias del Prof. Alfaro al efecto.

Comparto, pues, esta interante entrada en mi blog sobre investigación jurídica dirigidos a mis alumnos de RSE/RSC en RRLL, así como los de Derecho y ADE que hacen Trabajos de Fin de Grado (TFG).

http://unmundojuridico.blogspot.com.es/2017/06/los-efectos-de-internet-sobre-la.html

Mi enhorabuena por la entrada. Cordialmente.

Francis

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